El Hanal Pixán es una celebración yucateca que data sus orígenes desde la prehistoria con la cultura maya en la Península de Yucatán. Durante los días 1 y 2 de Noviembre la ciudad de Mérida se viste de manteles blancos, pues se ponen altares con ofrendas para conmemorar a todas las almas (o pixanes) que según la creencia, ya pasaron a mejor vida.
La Comida de las Ánimas o Hanal Pixán además de ser celebrada en el estado, es un atractivo cultural ante los ojos del mundo, por eso nos visitan muchos turistas durante ésta época. Y no es por presumir, pero quedan maravillados.
Un poquito de background histórico…
En la antigüedad, los mayas no veían la muerte como algo malo, sino como algo natural. Solían amortajar a los muertos y enterrarlos con sus pertenencias porque se creía que sus almas sólo abandonan sus cuerpos para pasar a otro mundo, a ‘una mejor vida’. Pero cuando los españoles conquistaron América en el siglo XVI, impusieron sus creencias católicas y dieron paso a una sangrienta evangelización. Sus ideologías transformaron ritos y cosmovisión maya; la creencia sobre la muerte fue sustituida por la ideología cristiana. Se prohibieron los rituales y celebraciones a la muerte, pues los catalogan como paganos y en contra de todo lo que profesaba la iglesia.
Desde entonces, México ha sido punto de convergencia en la economía nacional, por su ubicación estratégica en centroamérica. Por lo que la cultura se ha visto influenciada por diferentes choques culturales con el paso de la historia. En la actualidad los ajustes hechos por la iglesia católica convergen con la tradición norteamericana conocida como Halloween. Se rumora que ésto se dio gracias a las similitudes que existen entre ambas tradiciones: venerar a los muertos. Pues persiste la creencia de que el alma o pixán, es inmortal y que ellos regresan una vez al año a compartir con los vivos.
Las fechas para recordar…
El 31 de Octubre o HANAL PALAL, la primera noche es cuando las ánimas infantiles nos visitan. El segundo día, 1 de Noviembre o HANAL NUCUCH UINICOOB es el turno de las ánimas adultas. Y el 2 de Noviembre o HANAL PIXANOOB, visitan las ánimas solitarias, aquellas que por alguna razón no tienen un lugar a donde llegar a visitar y rondan por los distintos altares.
Preparativos…
Hablar de preparativos para el Hanal Pixán, es ir pensando días antes, en lo que vamos a ponerle al altar. Qué tipo de altar será, ya sea para las ánimas infantiles o para las ánimas mayores. En los pueblos, las señoras comienzan a principios de octubre a bordar manteles blancos con punto de cruz, limpiar la casa up & down (se cree que hay que esmerarse en tener todo perfecto para que las ánimas no se molesten o se puedan confundir de casa), e ir juntando los ingredientes para el Pib (Tamal enorme hecho de xpelón, relleno de pollo o puerco, envuelto en hojas de plátano y enterrado bajo tierra para ser horneado a la leña), el atole de pepita y mucho más.
Posteriormente, cuando la fecha se va acercando más, en cada casa comienzan a poner sus altares. Cuyos elementos básicos son los siguientes:
- Una mesa cubierta con un mantel blanco. Simboliza la tierra y las nubes.
- Agua y Sal. Origen y fin de la vida.
- Incienso. Ayuda a las ánimas a hacer su visita más “amena” y a suavizar el aroma de la comida, ya que la consumen de manera “espiritual”.
- Velas de cera. Para iluminar el camino de las ánimas hacia sus altares.
- Cazuelas de barro con la comida tradicional predilecta de los conmemorados. Mucbipollo, Mazapán de pepita, atole de chocolate y de pepita, pan dulce, chilmole, elote cocido, fruta etc.
- Una cruz de madera verde. Representa el Ya’axtal: árbol de vida.
- Imágenes de santos y difuntos. Influencia católica arraigada a la tradición.
- Pertenencias de los difuntos. Sus cosas personales favoritas.
- Cruz de Cal. Representa los cuatro puntos cardinales.
En la ciudad la preparación varía. Debido a la rutina y estilo de vida de la ciudad no se dedica tanto tiempo en la elaboración de cada elemento. Sino que se recurre a comprarlos en los supermercados. Y en términos de los platillos especiales como el pib, algunos sí gustan de prepararlos en sus casas pero los hornean en las panaderías locales que suelen rentar sus hornos para las fechas. Inluso, hay quienes encargan a sus conocidos o parientes en los pueblos aledaños, su porción de pib enterrado y horneado a la leña, como lo marca la tradición.
Es interesante visitar las aldeas aledañas durante éstas fechas o incluso antes para ser testigos de cómo se preparan los alimentos especiales, la decoración y las ofrendas para el altar. Podemos percatarnos que a pesar de que es la misma celebración tanto en la ciudad como en los pueblos, algunos aspectos varían. Pero sin duda en ambos lugares, tanto en ciudad como en los pueblos, se celebra de manera muy especial. Y no obstante, se conservan los elementos base que son: el altar, visitar las tumbas, comida especial, la convivencia familiar y la comedera sabrosa.
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